
Cuando afrontamos una entrevista de trabajo hay factores clave como pueda se la formación (Conocimiento) o la experiencia (Procedimientos) de la persona candidata. Aunque parece que cada vez cobra más importancia la Actitud, que es aquello que la persona realmente quiere hacer.
Esta última parte tiene que ver con las emociones, creencias, educación y valores. Es mucho más potente que la parte que podemos ver en un currículum, (incluso la determina) y es la que hace que las personas sean diferentes y que consigan más o mejores resultados en el trabajo o en cualquier otro ámbito de su vida.
Prueba de esto son las metodologías alternativas o más creativas que se van implantando en los procesos de selección de personal para ver cómo las personas candidatas pueden desenvolverse en una determinada situación y ver así si encajarán en la empresa. La prueba del café es una muestra de ello que últimamente merece diferentes artículos y publicaciones en los medios.
Esta consiste en una tarea que se le da a la persona candidata durante una entrevista de trabajo en la que se evalúa cómo maneja situaciones relacionadas con el servicio al cliente. A esta persona se le pide que prepare un café para el/la entrevistador/a, o que describa cómo serviría un café a un cliente/a en una situación específica. Esta prueba se utiliza para evaluar habilidades como la atención al detalle, la capacidad de seguir instrucciones, la capacidad de trabajar bajo presión y la capacidad de comunicarse con la clientela de manera efectiva.
Otra variante más distendida y concreta llevada a cabo en una empresa australiana, consiste en invitar a la persona candidata a tomar un café, por ejemplo dentro de la cafetería o comedor de la propia empresa, asegurándose que salen de allí con una bebida caliente en la mano. Una vez finalizada la entrevista, esperan para ver si la persona se ofrece a lavar el recipiente o bien intenta dirigirse hacia la cocina para hacerlo o simplemente se limita a dejar la taza vacía allí donde lo acabó tomando.
Puedes desarrollar habilidades, puedes adquirir conocimientos y experiencia, pero realmente todo se reduce a la actitud. Y aquí la actitud de la que se habla es sobre si la persona es capaz de recoger y lavar aquello que ensucia o acaba esperando que otra persona lo haga por ella.
¿Y qué pasaría si entrevistasen a una persona como yo a la que no le gusta el café, no conoce de sus variedades ni aprecia sus virtudes, ni lo compra y ni sabe prepararlo?
Quizá pueden recurrir a la prueba de la cerveza de Steve Jobs. Aunque lamentablemente, también hay personas como yo a las que les pasa lo mismo con la cerveza que con el café.
Quizá a veces no sea necesario recurrir a esta prueba. Cuando tu vas a un restaurante, una vez vas terminando los platos ¿Eres de las personas que tratan de facilitarle la tarea al camarero/a recogiéndole los platos y cubiertos de la mesa o te quedas esperando que te los vayan retirando de delante?
Esa es una actitud aprendida que determina tu forma de relacionarte y considerar a los demás y su trabajo.
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